sábado, 15 de agosto de 2015

Las últimas vacaciones

Como soy mayorcita, me cuesta un poco recordar mis primeros viajes, así que he decidido empezar por las últimas vacaciones, de las que acabamos de llegar hace apenas unos días.

Destino: Barcelona y La Guingueta d'Aneu (Lleida)

Medio de transporte: Opel Zafira (con habitáculo especial para mí)

Hospedaje: Mi caravana, que me encanta, y siempre en camping.

Duración: 9 días (del 7 al 16 de Julio de 2015)


Día 1 (7 de Julio de 2015)

Salimos de casa a las 18h dirección norte y llegamos a Benicarló a las 20h, al camping Alegría del Mar (Precio ACSI 16€). Como solo vamos a estar una noche, no montamos apenas nada, el toldo, la mesa y las sillas. Bueno, en realidad yo les voy dando órdenes desde mi sitio.

En los campings no me dejan estar suelta, así que me atan con una cadena muy larga mientras montan. A ellos no les gusta atarme, pero si están ocupados es mejor para todos. Que yo no me escapo, que soy más buena que el pan, pero me encanta hacer amigos humanos allá donde voy y me despisto.


Después de cenar, salimos a dar una vuelta y a tomar algo. Me camelé a todo el bar... vale, había poca gente, pero todos me hicieron el caso, y yo feliz. 

Esa noche la pasamos medio ahogados de calor, con el ventilador a tope y las ventanas abiertas, y ni por esas. ¡Menos mal que no íbamos a estar otra noche más!


Día 2 (8 de Julio de 2015)

No es que por la mañana hiciera fresco, pero comparado con la noche, se estaba de cine. A las 8 nos fuimos a ver Peñíscola, que mi ama tenía muchas ganas y mi amo se quedó prendao.
Estaba todo cerrado. Normal, a esas horas...

Paseamos por el centro histórico, por sus callejuelas, nos asomamos a los acantilados, que no veas como me mola a mí asomarme y sentirme la reina de todo (ya os contaré el susto que les dí a mis amos un día), y no entramos al castillo porque no me dejan entrar (5€/pers).


¡No es justo! Yo también quiero disfrutar de ver y pasear por sitios chulos con mis amos. Cuando entran en un lugar así, tiene que entrar primero uno y luego el otro, y claro, ahí me quedo yo haciendo guardia y sufriendo para que no me los roben! ¡Es un sinvivir! Por no hablar de la pérdida de tiempo. Aunque si os digo la verdad, últimamente me vienen muy bien esos descansos, mis huesos ya no son los de antes, pero ¡oye! aun me mantengo en forma!

Total, que pasamos de largo y, antes de lo que pensábamos, nos fuimos a almorzar al camping y a recogerlo todo para salir a las 11 hacia Sitges, nuestro siguiente destino.

Un par de horas de viaje y nos plantamos en Sitges. Camping El garrofer (Precio ACSI 18€/noche +3€ impuesto turismo). Y aquí sí que tuvieron algo más de trabajo porque nos quedábamos 3 días. Comíamos a las 15h pasadas, y después de comer me abandonaron 10 eternos y angustiosos minutos porque se fueron a la piscina a darse un chapuzón rápido, y menos mal que el agua estaba caliente, que si no se quedan 5 minutos más y a mí me da algo. Eso sí, yo calladita pero alerta. Y entonces vino lo mejor, la siesta a la sombra de los pinos, que sí, que hacía calor, pero corría una brisa de lo más rica.
 

Allá a media tarde, mis amos decidieron que ya estaba bien de camping, a patear un rato. En serio, no saben estar quietos ni un rato, con lo que me gusta a mí dormir. Pues ale, nos pusimos guapos y a pasear por Sitges, que no la conocíamos y nos gustó bastante, tiene ese encanto de pueblo mediterraneo con sus casas centenarias y sus calles estrechitas. Demasiado estrechitas algunas con la gente que había, yo solo veía piernas.

Paradita en el mercadona, donde tampoco me dejan entrar y me dejan en el coche vigilando con la ventanilla bajada un par de dedos, ya podrían dejarme con el aire acondicionado puesto, pero claro, no se fían de mí, una vez me pillaron a punto de arrancar el coche (véase mi foto de perfil).

Esa noche nos acostamos pronto porque al día siguiente nos esperaba una gran ciudad!

Día 3 (9 de Julio de 2015)

Otra vez a madrugar para pillar el fresco mañanero que tanto les gusta. Con lo que no contaron fue con la hora punta en la entrada a Barcelona. Ni que fueran novatos. Ya lo decía yo. 

Después de un par de horas por lo menos, entre atascos y entender la ciudad y situarse (porque la idea era dejar el coche a las afueras y coger el metro, pero mi amo tenía ganas de conducir por el centro, y eso que me compraron un bozal solo para poder subir en el metro de Barcelona), aparcamos en el parking de El Born. Nos vino bien porque muy cerquita teníamos la Catedral de Santa María del Mar y mi ama quería verla.

Entraron uno detrás de otro, y mientras tanto, ahí estaba yo sin perder detalle de quién entraba y quién salía.


Después paseamos por el barrio gótico, hacia la rambla, y por la rambla hasta la plaza de cataluña, con la idea de preguntar en información qué no podíamos perdernos. Estaba tan lleno, que mi ama dijo que no nos esperábamos, que la siguiéramos a ella.

Nos llevó a la Catedral de Barcelona, pero al llegar ella se negó a entrar porque había que cubrirse los hombros. Argumentaba que estábamos en el siglo XXI y que su indumentaria era correcta. Mi amo sí pudo entrar sin comprar pañuelos a las mujeres de la puerta, y nosotras nos esperamos fuera.

Seguimos paseando por el centro y cuando nos cansamos fuimos a por el coche para ir a ver otra catedral, la de la sagrada familia.


Tuvimos tanta suerte que aparcamos justo en una calle lateral, en zona azul, pero eran las 13:30h quedaba solo media hora y podíamos estar hasta las 16h. No hizo falta, porque después de rodear la catedral, alucinar con los precios (entrada 15+3 audioguía +3 torre +3 yo que sé...) y descansar a la sombra en el parque de enfrente, nos fuimos a comer al McDonalds.

Yo por mí encantada, porque tenían terracita y pude estar con mis amos, pero el motivo de comer allí es que mi ama lleva una dieta sin gluten y sin lácteos, los lácteos porque es intolerante y el gluten de forma temporal, al menos por el momento. Y cuando no conoces nada, o estás cansada y tienes hambre, y tienes un Mc delante mismo del coche, pues es la mejor opción.

A las 15h volvimos a coger el coche y paseamos un rato por la ciudad, pasamos por delante de la escultura de Joan Miró "Dona i Ocell" (mi ama, que hizo una réplica con sus niños para la falla del cole de hace 2 años, y le gustó verla), el Palacio Nacional (impresionante), la feria, Montjuic... Fue como en las pelis, de tour turístico.

Después de una siesta exprés, decidimos volver al camping porque estábamos todos cansados. Entonces llegó la aventura de "cómo salir de la ciudad". Ojo, que llevamos gps, pero mi amo es un cabezota y pensaba que ir a Sitges desde Barcelona es como ir al Perelló desde Valencia. Ni os cuento cómo estaba mi ama. Al final, después de una eternidad, en vez de coger la carretera buena, nos metimos en un centro comercial, pusimos gasóleo al coche y de paso compraron un poco.

Llegamos al camping sobre las 19h aproximádamente y mi amo hizo barbacoa para cenar.


Día 4 (10 de Julio de 2015)

Si os digo la verdad, Barcelona no nos gustó demasiado, y esa mañana, que queríamos dedicarla a ver más ciudad, nos la cogimos de descanso. Además, teníamos que estar descansados porque por la noche nos tocaba un concierto muy especial.

Descansamos, perreamos los 3, recogimos todo lo que no íbamos a necesitar ya, y ya por la tarde nos pusimos guapos y nos fuimos a los jardines del Palacio Real de Pedralbes, a ver a Mika!

Antes de entrar, se pasaron una hora paseando conmigo por los alrededores, mi amo se comió un bocata y cuando ya estaba yo cansada, me dejaron en el coche y entraron. Yo sé que ellos sufrieron porque nunca me habían dejado sola 2 horas, aunque no había nada que temer porque mi jaula del coche ocupa todo el maletero y me puedo mover, dar vueltas, bailar al ritmo de Mika y casi casi saltar, pero son unos caldosos y en cuanto acabó el concierto vinieron enseguida a sacarme a pasear antes de nada.

El concierto fue una pasada, al menos lo que yo escuché, pero dice mi ama que fue maravilloso, espectacular, y mil adjetivos más para describir una noche mágica. A mi amo también le gustó mucho, pero él lo dice por lo bajini. Vamos, que se lo pasaron bien, que les hacía falta.

 (Con el móvil desde la fila 15 no se podía hacer milagros)

¡Se me olvidaba comentar que al entrar se cruzaron con Juan Ibáñez, el del Trancas y Barrancas! Pero mi amo quiso quedar bien y metió la pata preguntando por Pablo Motos, cosa que no hizo demasiada gracia al chico.

Tras el paseo, directos al camping a dormir. El día siguiente iba a ser movidito.

Hasta aquí la primera parte de mis últimas vacaciones. En la segunda parte os cuento los días que pasamos en los pirineos y lo agustirrinín que se dormía por las noches.

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